¡Dios ha estado grande con nosotras y estamos alegres!
Por haber puesto su mirada en Ma. Antonia París y Antonio Ma. Claret, otorgándoles un carisma evangelizador y una misión común.
Porque abiertos al Espíritu respondieron a la llamada de fundar una Orden Nueva en la práctica.
Porque con su respuesta contribuyeron desde el origen del Instituto en la renovación de la Iglesia mediante el anuncio y la vivencia de la Palabra.
Porque esta Obra iniciada por ellos, con el fin de que Dios sea conocido y amado, sigue siendo fecunda.
Por la respuesta de cada claretiana, que movida por este mismo Espíritu misionero, trabaja hasta morir en llevar la Buena Nueva a todos los pueblos.
SEÑOR QUE SEAMOS TIERRA BUENA, CONTRIBUYENDO EN LA TAREA DE ACOGER Y HACER GERMINAR LA SEMILLA PLANTADA HACE 163 AÑOS.